«Es imprescindible volver a la disciplina fiscal y creo que el momento es este». Son palabras que ha pronunciado Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank, en un desayuno organizado por la organización de directivos CEDE en Granada. Un mensaje al Gobierno actual y futuro para que encuentren la manera de meter en cintura al déficit y la deuda pública.
El máximo ejecutivo de la entidad financiera ha destacado que es «imprescindible» que las finanzas públicas, en general en la eurozona, «vuelvan a una zona más ortodoxa». Con todo, ha querido poner en valor que se haya salido de esa ortodoxia desde el Covid para hacer frente a las diferentes crisis.
Concretamente sobre la deuda pública, Gortázar ha indica que hay que asegurarse de que «no es una carga para el país ni para la competitividad del sector privado excesiva; no me cabe duda de que hay que poner este tema entre las primeras prioridades».
Con el déficit aún lejos del 3%, lo que antes era el límite del procedimiento de déficit excesivo, y la deuda por encima del 110%, España y la eurozona afrontan una desaceleración más acusada en esta segunda parte del año, como ha explicado Gortázar, aunque espera un repunte para el ejercicio que viene.
Con este clima, el CEO de Caixabank ha recordado que hay que pensar en que los tipos de interés oficiales, marcados por el Banco Central Europeo (BCE) para la zona de la moneda única, no volverán a los valores de los últimos años. Es más, ha comentado que con una inflación más elevada del objetivo tenemos que olvidarnos de que los tipos bajen del 3%.
Así las cosas, con la inflación, especialmente la subyacente, aún dando quebraderos de cabeza en la zona euro, Gortázar no ha dudado en señalar su confianza en el BCE. Lo hace en el sentido de que con las subidas de tipos «va a conseguir frenar la inflación, pero que no va a ser automático, inmediato».
En términos más generales, el ejecutivo de Caixabank definió el entorno con la palabra «cambio», sabedor de que lo vivido estos años obliga a la sociedad y las empresas a adaptarse continuamente. «Tenemos que aceptarlo, ser modestos en nuestras ambiciones en el sentido de decir que tenemos que estar preparados para lidiar con la incertidumbre. Más que saber a dónde tenemos que ir es estar en forma, preparado, flexible y adaptado», ha indicado.
